domingo, 7 de febrero de 2010

últimas exposiciones de grupo

Los dos últimos días de clase los dedicamos a las exposiciones finales de cada grupo.
Nuestros compañeros del grupo Industria nos expusieron las distintas partes de su trabajo que se centran en la industria dispersa, las fábricas, los gremios y la industria en Holanda, Francia e Inglaterra. Empezaron la exposición presentándonos algunos datos sobre el caso concreto de una fábrica segoviana de la Edad Moderna.

La industria dispersa tiene dos vertientes: la autónoma y la dependiente. A su vez, dentro de la autónoma encontramos dos tipos, la no agremiada que es la más extendida pero de menor relevancia; y la agremiada.

Los gremios se desarrollaron notablemente hasta el siglo XVIII. Podría decirse que el gremio era una organización preferentemente urbana, lo que no significa que no hubiera gremios en el campo. Hay que destacar de los gremios sus implicaciones políticas, y su gran transcendencia desde el punto de vista económico. Sus funciones eran la regulación de la calidad (imprimían un sello en los productos), la organización laboral, etc.
De los aspectos negativos de los gremios cabría señalar la limitación de la competencia que pudo suponer un muro en la innovación económica.

Por otro lado, dentro de la industria dependiente encontramos los modelos del verlagsystem y del kaufsystem; alrededor de los cuales ha habido gran debate historiográfico (principalmente terminológico sin llegar a un consenso en la aplicación de un concepto único).

El verlagsystem es un sistema de producción en el que un pequeño productor trabaja para un comerciante (verlager) que es propietario de los medios de producción y las materias primas.
Constituye un sistema diferente al gremial en cuanto a la ausencia de reglamentación e institucionalización.
El marco geográfico en que se asienta este tipo de producción es muy amplio. Se dio más frecuentemente en zonas donde apareció el minifundio o donde las características del suelo obligaron a buscar un segundo ingreso.
Es una forma protocapitalista de la producción. La protoindustria (Mendels) sí implica verlagsystem pero no al contrario.

En cuanto a la industria en Holanda, se dieron ciertos elementos que favorecieron el despegue de la industria allí:
- Vínculo entre el comercio y la industria
- Importancia de la religión y el papel jugado por la guerra
- Crecimiento demográfico
- Descubrimientos en ultramar que potenciaron el comercio (importaciones) y la industria
- Avances financieros y progresos económicos (sociedades compartidas)
- Protección de la industria urbana

Los principales sectores industriales en Holanda fueron el textil, cerámico, naviero y cervecero entre otros.

En Inglaterra y Francia influyeron factores como el crecimiento económico y el aumento de los precios, la formación de monarquías absolutas, el mercantilismo…

En Francia destaca la figura de Colbert y la extensión de las fábricas reales. Se dio un tipo de industria al servicio del Estado.
La mano de obra era barata e inestable. En la industria textil tuvieron importancia los gobelinos, pero de su producción, nuestros compañeros han encontrado poca información.

En Inglaterra tuvo especial influencia la revolución de 1688, por su declaración de derechos o Bill of Rights que permitió poner en marcha una serie de iniciativas.
Son habituales las políticas de enclosures y el reforzamiento de la gentry que traen como consecuencia el progresivo abandono del cultivo de la tierra. También es destacable la dispersión de las tierras monásticas.
En cuanto a las materias primas se fue generalizando la adopción del carbón como combustible como consecuencia del agotamiento de la madera. La minería y la siderurgia van cobrando importancia aunque ya en el siglo XVI los Altos hornos fueron sustituyendo a las forjas, principalmente en Gales.

El grupo de Revolución Industrial nos explicó que la temática de su trabajo no es la revolución industrial en sí misma pues ésta se sitúa fuera de los límites temporales de la Edad Moderna. Se han dedicado a estudiar los orígenes que estarían en los siglos XVI y XVII aunque les ha sorprendido que algunos historiadores planteen los orígenes en fechas muy anteriores a la Edad Moderna.

Su trabajo consta de tres partes: la visión clásica, la visión “protoindustrial” de autores de la segunda mitad del siglo XX, y una última parte que trata otras visiones distinas sobre los orígenes de la Rev. Industrial.

La visión clásica establece una conexión entre la revolución agrícola y la industrial. Aquella sería el origen de esta.
Se necesita un período de preparación para la industrialización que sería la revolución agrícola inglesa: los enclosures ayudaron al desarrollo de nuevas técnicas agrícolas.
Añade además que una sociedad preindustrial necesita un comercio exterior desarrollado que sea capaz de producir acumulación de capitales que se inviertan en la maquinaria.

La visión protoindustrial busca relacionar la producción agrícola con la manufactura. Contempla el entorno rural como algo más complejo de lo que habían declarado los autores clásicos.
Pretende dar al proceso un carácter de continuidad y no de ruptura.
Hay menos autores que defiendan esta corriente que la clásica.

Por último, también se han planteado nuevas visiones a partir de investigadores de la universidad de Utrecht. Ellos sitúan los orígenes de la Revolución Industrial en cambios sociales e institucionales que se produjeron en el norte de Europa en torno al siglo X.
Se trata por tanto, de un proceso lento y con gran cantidad de cambios e influencias (como la desintegración del imperio carolingio).

El grupo Hacienda ha centrado sus investigaciones en un aspecto de la misma (ingresos), en un área concreta (Castilla) y en un período de tiempo determinado (1500-1536, establecimiento de la constitución fiscal de la monarquía).

Se decía que los RRCC consiguieron renovar la hacienda. Sí añadieron elementos pero no se sustituyó el sistema fiscal ni se consiguió solucionar los vicios que éste tenía. Había tres fiscalidades: eclesiástica (el elemento más eficiente de captación de rentas), señorial y real.

Las características principales del sistema eran:
- Cada reino tenía sus ingresos y no los compartía
- Desigualdad personal y territorial
- Confusión de lo público-privado (la hacienda es un elemento de gestión privado)
- Sistema basado en la regresividad
- Fraude (consustancial al sistema desde la Edad Media)
- Usurpación. En momentos concretos la nobleza se apropió de fuentes de rentas de la corona o ciudad.
- Equilibrio inestable de poderes
- Aumento del gasto como consecuencia de la política exterior. El ingreso no puede ir al ritmo del gasto
- Mínima e inoperante burocracia estatal por ello se recurre a los arrendamientos y encabezamientos.
- Situación político-social difícil en Castilla en el período desde la muerte de Isabel hasta que Carlos I resuelve el conflicto de las comunidades. Hay ausencia de una autoridad monárquica que ponga orden


Los tipos de ingresos son dos: ordinarios (elementos que la corona decide por sí misma) como la alcabala (se paga la transacción por el comercio), tercias reales (2/9 del diezmo), aduanas, diezmos, derechos de tránsito, almojarifazgos, montazgos…

Los extraordinarios son los que necesitan la concesión de las cortes: contribuciones eclesiásticas, bula de cruzada, décima o subsidio, maestrazgos, excusado…

La Hacienda se va conformando como un mecanismo para fidelizar y afirmar el poder monárquico. Es un negocio económico, resultado del juego de poderes políticos.
La deuda es una parte intrínseca del sistema hacendístico.