Es una escuela económica que tiene su origen en el siglo XVIII, en la Francia ilustrada, y por tanto está muy relacionada con esta corriente de pensamiento.
Surge como oposición al pensamiento y las prácticas mercantilistas que propugnaban un intervencionismo estatal en asuntos económicos que a la vista de los fisiócratas no proporcionaba beneficio económico. Éste vendría dado de mano de la naturaleza (como la propia etimología de “fisiocracia” indica): la fuente de toda riqueza se encuentra en la tierra y por este motivo el buen aprovechamiento de la agricultura es lo que desemboca en beneficio económico para la sociedad.
Todo ello regido a través de lo que denominan “derecho natural” el cual queda reflejado en la afirmación: “laissez faire , laissez passer”; es decir libertad de comercio (principalmente de grano).
Para los fisiócratas el único sector verdaderamente productivo era la agricultura, la que proporcionaba el excedente del cual dependía todo lo demás. El resto de sectores, como el fabril por ejemplo, eran “estériles”: mientras un granjero plantaba una semilla y recogía tiempo después veinte como la que había plantado, un artesano no podía obtener una multiplicación similar de sus productos pues simplemente cambiaba la forma de las materias con las que trabajaba.[1]
A partir de estas ideas, se establece en la sociedad una jerarquía encabezada en primer lugar por los propietarios de tierras, en segundo lugar los agricultores y tras ellos los artesanos, comerciantes y financieros. Estos tres últimos grupos serían las clases estériles.
Esta jerarquía se ve aquejada de una de las contradicciones que la fisiocracia no tuvo en cuenta en sus planteamientos. Es la referida al sistema fiscal: los fisiócratas buscan una fiscalidad beneficiosa para el estado, y con ella va unida la necesidad de que los propietarios de la tierra (nobleza) paguen impuestos (impuesto único sobre propiedades y producción). Ello entra en contradicción, no sólo con la usual exención de impuestos de la nobleza de la época sino con el tratamiento de protección que los fisiócratas pretendían para los propietarios de tierra.
Los principales representantes de esta corriente son Francois Quesnay, Anne Robert Jacques Turgot y Pierre Samuel du Pont de Nemours.
Quesnay, médico de la corte de Luis XV, destacó especialmente como fisiócrata gracias a la redacción del “Tableau économique”. En él se mostraba la red de transacciones a través de las cuales se difundía el excedente agrícola. Se “atacaba” la política económica francesa protectora de las manufacturas en detrimento de la agricultura.
[1] Barber, W.J. ; “Historia del pensamiento económico”
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