domingo, 8 de noviembre de 2009

La Pragmática de Medina del Campo de 1497

El sistema monetario de la Castilla Moderna tiene su origen en la reforma llevada a cabo por los Reyes Católicos en 1497.

La moneda de oro utilizada en Castilla antes de la reforma recibía el nombre de dobla o castellano y derivaba del antiguo sistema monetario almohade. Por su parte, el florín del cuño de Aragón era la principal moneda de oro aragonesa. La pragmática de los Reyes Católicos, intentó sustituir las dos monedas citadas por el ducado, a semejanza de las monedas áureas que corrían en otros reinos europeos. A partir de 1497, los ducados en Castilla se acuñarían con un peso de 3,52 gramos, una talla de 65 1/3, una ley de 23 ¾ quilates o de 989, 6 milésimas y un valor de 375 mrs.
Como el ducado tendía a salir hacia el exterior, Carlos V en 1537, ordenó la acuñación del escudo o corona, cuyo peso se redujo a 3,38 gramos, su ley se rebajó a los 22 quilates, y su valor, se fijó en 350 mrs. Su valor nominal fue retocado varias veces hasta alcanzar los 676 maravedíes en 1686. La pieza con el valor de dos escudos se conoció como doblón.

La moneda base del sistema hasta el siglo XIX, pasó a ser el real, pieza nacida en tiempos de Pedro I (1350-1369). En dicho año de 1497, se le asignó un valor de 34 mrs, una talla de 67 piezas por marco y una ley de 11 dineros y 4 granos. Su peso era de 3,4 gramos y su diámetro estaba entre los 25 y 26 milímetros. Es de gran importancia que los reales no experimentaron ningún cambio de sus características y valor entre 1497 y 1686. Ese año tiene lugar la segunda gran reforma del numerario castellano realizada en tiempos de Carlos II, por la que de cada marco de plata se acuñarían 84 piezas, en vez de las 65 anteriores, conservando el valor de los 34 maravedíes.

La pragmática de Medina del Campo de 1497, establecía respecto a la moneda fraccionaria o blanca, pieza de origen medieval, que se acuñó con una ley de siete granos, una talla de 192 piezas por marco y que su valor fuese de medio maravedí.
Además de la blanca, en la Corona de Castilla, las piezas fraccionarias de valores más frecuentes eran las de ocho maravedíes o cuartillo, la de cuatro maravedíes o cuarto y la de dos maravedíes u ochavo.
Pero a partir de 1552, el contenido de plata de estas piezas no dejó de descender y este progresivo deterioro de la ley del vellón culmina en Castilla en 1602 cuando Felipe II (1598-1621) decreta la eliminación definitiva de la liga de plata en la fabricación de todos los tipos de moneda fraccionaria y reduce a la mitad su tamaño.

A lo largo de los siglos XVI y XVII, periodo en el que se asiste a la progresiva penetración del uso de la moneda en las distintas esferas económicas europeas, se puede constatar la evolución de los problemas monetarios que conoce Castilla, territorio inicialmente receptor de los metales preciosos americanos. A grandes rasgos y a modo de síntesis, podemos decir que si durante los reinados de Carlos V y de Felipe II la preocupación dominante es la fuga de las monedas de oro y plata por su elevado contenido de metal precioso, a partir del reinado de Felipe III, y muy esencialmente durante el reinado de Felipe IV, a este asunto se sumará la preocupación por los efectos de la acuñación masiva y por los cambios constantes de valor de la moneda de vellón o de la moneda fraccionaria, mediante el procedimiento del resello. Caos del sistema, al que se le puso freno de modo efectivo con las medidas aprobadas entre 1680 y 1684 por Carlos II.
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Elena García Guerra y Donatella Strangio, Reformas monetarias y monedas supranacionales durante las edades moderna y contemporánea españolas: el euro entre identidad nacional y globalización. Working Paper nº 61, luglio 2009.

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